Parece que la moda retro ha ha sido tomada muy en serio hasta en ciertos círculos eclesiales, tanto así que los directores de aciprensa, agencia de noticias vinculada a sectores conservadores de la Iglesia Católica en Perú, han decidido revivir las jocosas situaciones de Maxwell Smart, el famoso Agente 86, personaje de una serie que hacía mofa de las películas sobre el espionaje y el contraespionaje durante la guerra fría.
Parece que aciprensa ha decidido refrescar de humor sus páginas virtuales y a extendido la parodia al ámbito eclesial, pues parece difícil que hayan pensado que alguien los tomaría en serio. La idea central de la parodia es que la Teología de la liberación, creada por el sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez due en realidad una creación de KGB, es decir, el servicio de inteligencia de la Ex - Unión Soviética. La base que tiene para generar esa hipótesis son las declaraciones de Ion Mihail Pacepa, quien fue general de la policía secreta de la Rumanía comunista hasta fines de la década de los 70, antes de desertar a los EEUU. Así, en una entrevista a la mencionada agencia de noticias el agente de espionaje revela los "secretos" respecto del origen y los fines de la Teología de la liberación ( https://www.aciprensa.com/noticias/ex-espia-de-la-union-sovietica-nosotros-creamos-la-teologia-de-la-liberacion-45686/).
De acuerdo a esta parodia, el origen de la obra de Gustavo Gutiérrez sería, más o menos así: Como en el escenario de la Guerra Fría el bloque soviético necesitaba ganar posiciones geopolíticos en Latinoamérica, apoyó a grupos como el de Fidel Castro, en Cuba, a los grupos revolucionarios en Colombia, Bolivia, y en otros países de la región. Muchos de esos grupos estaban asociados al término "liberación", como el "Ejército de Liberación Nacional de Bolivia", el "Ejército de Liberación Nacional de Colombia", entre otros. Incluso utilizó la misma estrategia en el Medio Oriente con la creación de la "Organización para la Liberación de Palestina" (OLP). Pero como eso no era suficiente, decidió supuestamente crear en Praga la "Teología de la Liberación" a través de una organización religiosa intermedia llamada "Conferencia Cristiana por la Paz". La idea sería que, puesto que el cristianismo es muy popular en la región, el que la KGB creara una teología comunista y la introdujese en América Latinacambiaría las relaciones políticas en la región en el escenario de la guerra fría.La manera de filtrar esta secreta creación de la KGB en la región sería a través de la Conferencia de Medellín, en la cual aparece la idea de la opción preferencial por los pobres.
La historia no deja de ser entretenida. Pero al momento de tratar de comprobar la veracidad de la misma, no podemos sino encontrarnos con una gran decepción. Personalmente, las películas del 007 y las jocosas aventuras del 86 siempre me entusiasmaron, y me sentí estafado cuando el agente que revela la gan información a la tan creíble agencia de noticias lo único que tiene son indicios, voladas y cosas que otros le han dicho, pero ninguna prueba. Así, señala que "Aprendí sobre la implicación que tuvo la KGB con la
Teología de la Liberación del general soviético Aleksandr Sakharovsky, jefe del
servicio de inteligencia extranjero (razvedka) de la Rumania comunista", es decir, otro le dijo. O " Yo no estaba en sí
involucrado en la creación de la Teología de la Liberación. De Sakharovsky
aprendí, sin embargo, que en 1968 la Conferencia Cristiana por la Paz creada
por la KGB, apoyada en todo el mundo por el Consejo Mundial de la Paz, fue
capaz de manipular a un grupo de obispos sudamericanos de izquierda
dentro de la Conferencia de Obispos Latinoamericanos en Medellín (Colombia). O, para rematar la constatación de la falta de pruebas, señala lo siguiente "Tengo buenas razones para
sospechar que había una conexión orgánica entre la KGB y algunos de esos líderes
promotores de la Teología de la Liberación, pero no tengo evidencia para
probarla".
De esta manera, toda la historia cae en la suposición no probada, en los indicios sin contrastación y en frases como "otro me dijo", o peor aún, "aprendí", es decir, "fui adiestrado para creer en ello". Lamentablemente ya no editan la serie del Superagente 86, porque sería genial para un capítulo doble. Me hubiera encantado ver en el ese capítulo en mi casa tomando un capuchino y unas Donuts. Pero, lamentabletente, tanto para ellos - que easpiran a la veracidad de la historia- como para mí -que aspiro a ver ese nuevo capítulo de la serie sesentera, la realidad se impone ante la fantasía.
Si la Conferencia de Medellín hubiese sido manipulada por la KGB, entonces el Concilio Vaticano II también debía de haberlo sido, y el Papa Juan XXIII sería otro agente soviético. Ello, debido a la conexión entre las ideas que existen entre el Concilio y la Conferencia. Y el Papa actual, Francisco, debe ser un marxista, por acoger y revalorar a Gustavo Gutiérrez y a la Teología de la Liberación. Tal vez a aciprensa no le agrade el Papa. Pero si es así, ¿por qué no tienen la valentía de decirlo abiertamente? Pero, de todos modos, hace tiempo que no me había reído tanto.