1.- Al interior de las sociedades modernas y
contemporáneas se han articulado instituciones políticas y sociales que se
proponen establecer proyectos general es de vida moral a los individuos que las
conforman. Tales proyectos se articulan bajo la forma de fines generales que
suelen entenderse como proyectos de vida buena. Así, las personas insertas en
tales instituciones políticas y sociales se encuentran orientadas a metas que
no solo son funcionales o técnicas, sino que las incorporan exigencias éticas
como son cuáles son las orientaciones morales que deben proponerse las
personas.
En estas condiciones, que marca una línea de
continuidad con la edad media, las personas se
encuentras forzadas a plantearse metas morales que les son propuestas
desde las instituciones. De este modo, las propuestas de perfeccionamiento
moral de los individuos no brotan del ejercicio de su reflexión autónoma, sino
de concepciones metafísicas que son propuestas por las instituciones sociales y
políticas.
Cuando tales concepciones metafísicas de la
vida se convierten en proyectos políticos, se constituyen sistemas políticos
autoritarios, totalitarios o integristas. Las metas políticas de la sociedad
son presentadas como fines morales de las personas. Cuando son las
instituciones sociales las que exigen a sus miembros fines metafísicos, las
personas se ven forzadas a hacer suyo los proyectos de perfeccionamientos que
estas instituciones proponen. En ambos casos las personas dejan de ser consideradas
como fines en sí mismas para convertirte en medios para los fines de las
instituciones sin más.
La filosofía crítica apunta al desmantelamiento
de tales pretensiones metafísicas a fin de dotar de autonomía moral a los
individuos, de modo que las personas pueden plantearse sus propios proyectos
morales de vida ganando para sí libertad moral. La crítica de la sociedad
adquiere, entonces una dimensión importante: deja de ser sólo un
cuestionamiento de las condiciones de pobreza y explotación social para tomar
un mayor vuelo y convertirse en critica de las concepciones metafísicas
tradicionales que pretenden justificar -sin éxito- las condiciones sociales de
dominación.
2.- La crítica de las concepciones metafísicas
políticas y sociales permite recuperar un potencial que se encuentra en la idea
moderna de que las personas son fines en sí mismos, a saber, el derecho que
ellas tienen a exigir justificaciones dadas sobre la base de razones. Con ello,
lo que las personas recuperan es un conjunto de derechos políticos que les
permiten recuperar las promesas de los sistemas democráticos para sí.
3.- Una de las concepciones sociales operantes más
influyentes es la que proviene del discurso desarrollista. Tal discurso tiene
dos variantes fundamentales. El primero es el desarrollismo social, que
consiste en ayudar a una sociedad a desarrollarse desde fuera, imponiendo
afirmas de dominación trasnacional coludidos con las jerarquías locales. La
segunda forma se encuentra en la teoría del desarrollo humano que centra su
enfoque en las capacidades y en la consecuente tares de capacitación de las
personas y los colectivos.
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