domingo, 13 de julio de 2014

La envidia sería redícula

Para los que han despertado hay un solo y mismo mundo, mientras que cada uno  de los que aún duermen está vuelto hacia su propio mundo.

Heráclito

Hace unos pocos días un columnista del diario Correo escribió un artículo de título Tu envidia es mi progreso http://diariocorreo.pe/opinion/noticias/10159717/columnistas/tu-envidia-es-mi-progresoen la cual se expresaba una sola idea suelta sin ninguna argumentación que la sustente. De acuerdo a dicha idea, la izquierda peruana se define por su anticiprianismo.  Según el aspirante al Rancio reino, la izquierda no sólo es parasitaria intelectual de las ideas del Cardenal de Lima, sino que le tiene envidia personal porque , según Santiváñez, Juan Luis Cipriani es un haz de virtudes envidiables.

En su artículo, en comunista señala que la izquierda peruana se encuentra lejos de lo que Mariátegui quería para ella, a saber, que sea una creación heroica. Y, en vez de ello, devino en una izquierda reactiva q quien le ponen la agenda. Para el periodista, Cipriani no sólo es un líder político sino que tiene una personalidad sumamente atractiva y poderosa por sus cualidades intelectuales, morales y físicas.  Además señala que la izquierda se desarrolla políticamente en reacción al Cardenal, porque éste encarnaría todo lo que ellos combaten: la defensa de la vida, el compromiso con la verdad, la claridad en el discurso y el servicio al pueblo llano. Lamentablemente, esa afirmación es falsa.

Tal vez eso sea cierto, pero en el reino de fantasía del columnista, pero en el Perú y en el mundo actual las cosas son completamente diferentes. Ni Cipriani ni la izquierda es como se describen en el artículo. Cipriani es alguien que no sólo es cuestionado por la izquierda, sino también por la derecha moderada, a menos que Santiváñiz considere a Augusto Álvarez Rodrich, a Pedro Salinas y a otros periodistas de dentro derecha como representantes de la izquierda. Si el columnista hiciese eso mostraría que no merece el lugar que tiene en el diario.    Pero no sólo al interior de la política peruana Cipriani es cuestionado, sino que lo es dentro de la Iglesia Católica, tanto en el Perú como en Vaticano. Hay muchos sectores de la Iglesia Católica en el Perú que cuestionan a Cipriani, no sólo por sus posiciones políticas sino por sus acciones dentro de la misma Iglesia. El Cardenal ha quitado parroquias, colegios y propiedades a muchas congregaciones religiosas, y no por cuestiones de ideas políticas, sino por razones de posesión de bienes. Los mismos obispos se han opuesto reiteadamente a que sea el Presidente de la Conferencia Episcopal. Pero también en Vaticano, Cipriani se ha ganado enemigos debido a sus actitudes prepotentes. Cuando el Cardenal prohibió en bloque a los teólogos de la Pontificia Universidad Católica del Perú dictar cursos de teología, prohibición insólita, porque esas acciones se toman contra personas particulares, pero no a colectivos, el cardenal Gerhard Müller -actual Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe- mostró su desacuerdo abiertamente. 

Incluso el papa Francisco tuvo sus desacuerdos con Cipriani cuando aún era Cardenal de Buenos Aires. Como es sabido, Jorge Bergoglio fue uno de los redactores del documento de la Conferencia Episcopal Latinoamericana de Aparecida, documento que Juan Luis Cipriani y el actual Arzobispo de Piura, José Antonio Eguren decidioron retirarse de la Conferencia antes de firmar el documento, por sus discrepancias con los redactores y el resto de la asamblea presente. La misma prédica y las acciones del Papa actual van en dirección opuesta a las actitudes del Cardenal de Lima. El papa Francisco aboga por recuperar la opción por una Iglesia austera y que recoja la opción preferencial por los pobres que brota del Concilio Vaticano II. Además, Bergoglio ha reanudado una relación cordial con el padre Gustavo Gutiérrez, creador de la Teología de la Liberación y se encuentra comprometido con los Derechos Humanos.  En cambio, el cardenal Cipriani se ha movido políticamente en reacción a la Teología de la Liberación, a la CVR y al movimiento de Derechos Humanos. La antítesis del Papa. Si Francisco pregona la pobreza en la Iglesia, Cipriani prefiere el boato.

Pero no sólo sucede que Cipriani se ha ganado el rechazo de la derecha moderada en el Perú y de sectores dentro de Vaticano, sino que la izquierda peruana tiene una agenda más amplia de la reacción contra Cipriani.  La agenda de la izquierda se dirige a defender la democracia, la justicia social y los Derechos Humanos. Claro que en su camino se encuentra con Cipriani, debido a que el Cadenal parece denostar todo ello. Ciertamente, Cipriani se ha convertido en un actor político de extrema derecha como lo testimonia el serio estudio de Luis Pásara. En realidad, es anómalo el que un Cardenal tenga tanto protagonismo político y no pierda la oportunidad de hacer declaraciones políticas partidarias. Ningún otro Cardenal de Lima había tenido esa actitud que es cuestionable en un pastor. Y su actividad política se ha realizado al son de la música que la izquierda democrática le ha puesto. 

Y si la izquierda peruana ha traicionado las expectativas de José Carlos Mariátegui, es algo que habría que evaluar. Pero durante los años 60 y 70 articularon la esperanza de un país más justo y que tenga la capacidad de indignarse. Aunque a muchos no le guste, la Reforma Agraria fue un paso necesario para la modernización del país, aunque no se complementó suficientemente. El enfrentamiento de la Izquierda con Sendero Luminoso y el MRTA ha sido valeroso. Muchos líderes de izquierda fueron brutalmente asesinados por los terroristas, como es el caso de Maria Elena Moyano. Y qué decir del aporte de Alfonso Barrantes en la Alcaldía de Lima.   

El aporte intelectual de la izquierda peruana ha sido también valioso. Desde Mariátegui, pasando por César Vallejo, Ciro Alegría, José María Arguedas, Alberto Flores Galindo, Carlos Iván Degregori Gustavo Gutiérrez, entre muchos mas. Y no sólo en el ensayo y la literatura, sino también en la pintura, el teatro y en las demás artes. Y, en la actualidad, el pensamiento de izquierda más fecundo es aquél que se ha conectado con el liberalismo de izquierda y la defensa de los Derechos Humanos y la democracia. Pero el liberalismo de izquierda peruano esta muy lejos de ser calco y copia, sino más bien creación heroica que brota de la experiencia del Conflicto Armado Interno. Una izquierda que se enfrenta a Sendero Luminoso y a MRTA, de un lado, y del otro lado a la derecha conservadora más rancia que ha existido en este país. Aquella derecha que desprecia la justicia y hace superflua la vida humana.





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