lunes, 16 de junio de 2014

ESTADO Y RELIGIÓN: UNIÓN CIVIL Y BAGUA (SEGUNDA PARTE)



2.- Bagua y la extirpación de idolatrías

El acontecimiento del Baguazo, en el que murieron 33 personas (23  policías y 10 civiles) y en el cual ha desaparecido una persona, el Mayor PNP Felipe Bazán Soles, tiene una serie de aristas que es importante explorar. Aquél aspecto relevante para nosotros ahora es el religioso vinculado a la secularización y a la intolerancia religiosa.

Lo sucedido en Bagua el 5 de junio del 2009, especialmente en las zona llamada "La Curva de Diablo" y la Estación 6 de PETROPERÚ, han sido uno de los conflictos sociales más graves en el Perú de los últimos años, cuyos responsables no han sido aún perseguidos por la justicia.  Una descripción ordenada de los hechos lo presenta el documental titulado "La Espera. Historia del Baguazo" (https://www.youtube.com/watch?v=cHZcVIVuBqw). El documental presenta una información ordenada respecto de lo sucedido pero, puesto que lo ocurrido ha sido tan confuso aún no se puede sacar conclusiones definitivas de lo que realmente sucedió en el lugar. Lo que sí queda claro es sobre qué hombros recae la responsabilidad política.

Entre las causas del Baguazo se encuentra el hecho de que el Estado peruano bajo el gobierno de Alan García dio como concesión a una empresa extractora un territorio que había sido declarado intangible y que tenía un significado religioso para la población nativa Awajún. El gobierno no actuó como si condijese un Estado no confesional que despreciaba una religión nativa de carácter animista, sino que asumió una posición de privilegio de una religión particular, la religión católica, en contra de las religiones nativas. Esto es un signo de la integración que existe entre el Estado y el catolicismo, integración que es nefasta para la vida de la democracia peruana. Una cosa es que ciertos símbolos religiosos católicos permanezcan como elementos culturales de un país, y que un gran porcentaje de la población abracemos tal religión , pero otra cosa es que el Estado y el gobierno tome posición a favor por una religión particular. La permanencia de la cruz en el cerro San Cosme es un fenómeno cultural, en cambio, el que para sumir un puesto en el gobierno o en los tribunales o en las escuelas públicas se deba jurar ante la Biblia o rezar el Padre Nuestro no es un fenómeno cultural, sino un ritual religioso. Un Estado laico no debe promover ese rito en los actos gubernativos ni las escuelas públicas si es que quiere tratar a todos los ciudadanos como iguales y quiere comprometerse con el valor político de la igualdad moral de los ciudadanos. El Tedeum, la misa con la que comienzan las celebraciones de las Fiestas Patrias, es un rito religioso y no un fenómeno cultural. Un Estado laico no debe permitirlo.

El domingo 28 del 2007, Alan García publicó un artículo en el diario El Comercio titulado "El síndrome del perro del hortelano" según el cual había personas en el Perú que, debido a sus creencias, se oponían a que el país utilizase todos sus recursos para desarrollarse. De esta manera, el ex-presidente señaló qué:

 "Así pues, hay muchos recursos sin uso que no son transables, que no reciben inversión y 
que no generan trabajo. Y todo ello por el tabú de ideologías superadas, por ociosidad, 
por indolencia o por la ley del perro del hortelano que reza: "Si no lo hago yo que no lo 
haga nadie"".

Refiriéndose específicamente a quienes se oponen a dar en concesión lotes de la Amazonía para la actividad extractiva  señaló:

"Los que se oponen dicen que no se puede dar propiedad en la Amazonía (¿y por que sí 
en la costa y en la sierra?). Dicen también que dar propiedad de grandes lotes daría 
ganancia a grandes empresas, claro, pero también crearía cientos de miles de empleos 
formales para peruanos que viven en las zonas más pobres. Es el perro del hortelano."

Y sobre las creencias religiosas de las poblaciones nativas, según las cuales ciertas zonas son sagradas y, por lo tanto,  intangibles el presidente de todos los peruanos, haciendo gala de una arrogante intolerancia religiosa señaló lo siguiente:

"Además existen verdaderas comunidades campesinas, pero también comunidades 
artificiales, que tienen 200 mil hectáreas en el papel pero solo utilizan agrícolamente 10 
mil hectáreas y las otras son propiedad ociosa, de 'mano muerta', mientras sus habitantes 
viven en la extrema pobreza y esperando que el Estado les lleve toda la ayuda en vez de 
poner en valor sus cerros y tierras, alquilándolas, transándolas porque si son 
improductivas para ellos, sí serían productivas con un alto nivel de inversión o de 
conocimientos que traiga un nuevo comprador.
Pero la demagogia y el engaño dicen que esas tierras no pueden tocarse porque son 
objetos sagrados y que esa organización comunal es la organización original del Perú, 
sin saber que fue una creación del virrey Toledo para arrinconar a los indígenas en las 
tierras no productivas."

Finalmente remató su artículo con las siguientes palabras:

"Frente a la filosofía engañosa del perro del hortelano, la realidad nos dice que debemos 
poner en valor los recursos que no utilizamos y trabajar con más esfuerzo. Y también 
nos lo enseña la experiencia de los pueblos exitosos, los alemanes, los japoneses, los 
coreanos y muchos otros. Y esa es la apuesta del futuro, y lo único que nos hará 
progresar. "

Lo que el entonces presidente García estaba haciendo es oponer los términos "Civilización" y "Barbarie", señalando que el proyecto económico basado en la extracción de recursos naturales de la Amazonía representa el progreso y la civilización, y la oposición a esa extracción a causa de creencias religiosas representa en atraso y la barbarie.  Perola cosa llegó aún más lejos, cuando en una entrevista televisiva el ex- presidente identificó la civilización con el cristianismo. En ella señaló que hay personas en el Perú que decían "no me toque ese cerro, porque allí están las almas de mis antepasados" y como respuesta a ello García dijo, asumiendo la posición católica "si las almas están en algún lugar, será en el paraíso" (https://www.youtube.com/watch?v=2Vf4WfS5t08).

Lo peor de todo es que esas ideas,  que claramente Gustavo Gorriti califica de "obesidad intelectual" , son compartidas por muchos en este país. La creencia de que el cristianismo o, más específicamente en catolicismo, representa la civilización es asumir la idea de que la colonia española al imponer por la fuerza el cristianismo impuso la civilización y el desarrollo, y que nosotros debemos seguir haciendo lo mismo. Aquellos que defienden la tesis del "desarrollo con bala" defienden también la afirmación de Pedro Pablo Kuczynski  según la cual los andinos se oponen al TLC porque al vivir en las alturas su cerebro no está bien oxigenado. 

Como se puede observar, en el país queda mucho trabajo por hacer para que la separación entre Estado y religión se consiga plenamente. MIentras tanto seguiremos sufriendo los males de la incomprensión, el abuso y la violencia en sus diferentes formas frente a las personas por su orientación sexual, sus creencias religiosas u otra causa.


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