lunes, 9 de junio de 2014

ESTADO Y RELIGION: UNION CIVIL Y BAGUA (PRIMERA PARTE)

                                    
Si hay algo que recorre la historia de la República del Perú es el proyecto inconcluso de laicidad del Estado. Por diferentes razones muchos peruanos consideran que no debe profundizarse en la realización de dicho proyecto. Algunos apelan a la tradición, otros a la idea de que en este país la mayoría es de religión católica. Incluso algunos sostienen que los españoles,  en el proceso de conquista y colonización, nos aportado tres cosas que son calificadas como buenas por antonomasia:  el idioma,  la cultura y la religión. Qué yo sepa, no existe ningún idioma o cultura buena por antonomasia. Si fuese ese el caso, las lenguas ni las culturas variarían, y habría que imponerlas a todas las personas del mundo, quienes se hallarían en el error y le haríamos un bien forzándolos a hablar la lengua correcta y abrazar la cultura correcta. Respecto de la religión, de ser cierta esa afirmación, el catolicismo sería la religión verdadera y deberíamos obligar a todos a convertirse a ella en vistas de su propia salvación. Este último argumento es uno en los que se apoyaban los defensores de la Inquisición, institución católica  que no sólo justificaba la tortura sino que la aplicaba como un método regular.



Respecto de este argumento - esgrimido por una estudiante de derecho en el contexto de un debate en el aula- no queda más que decir que son obvias las razones por las que este se derrumba. Incluso se defiende la confesionalidad del Estado señalando que eso es bueno por antonomasia y que la laicidad es la causa de los males del mundo moderno - este ultimo argumento (que llamaré "argumento Atto")  fue defendido por un profesor de la misma Facultad de Derecho de la alumna anterior. Lo que sorprende de este caso es que estudiantes de derecho tengan tal confusión conceptual. 

Se supone que los estudios universitarios deberían ayudar a una persona a aclarar su cabeza respecto de las confusiones que recibieron de parte de sus casas y/o sus iglesias. Las únicas explicaciones que se me ocurren respecto a la permanencia de tales confusiones es que en ninguna otra clase se haya debatido el tema o que los profesores compartan la misma confusión.

Ciertamente, la religión por sí misma no resulta ser un elemento que reduzca los derechos y las libertades civiles de los ciudadanos, y la adhesión a creencias religiosas representa una libertad fundamental de los ciudadanos. El problema es que los representantes del catolicismo más conservador, sí como los del ala más conservadora de otras iglesias se oponen a la laicidad del Estado.  Por otro lado, se puede afirmar que existen razones teológicas para defender la misma laicidad del Estado. El cristianismo, inspirado en la práctica de Jesús de Nazareth, tiene una impronta secularizadora de lo sagrado y laicizante, de manera que la laicidad no es ajena a la religión cristiana, sino que le es inherente. 

La confesionalidad del Estado y la consecuente ausencia de laicidad del mismo trae un problema politico de gran envergadura y consecuencias gravisimas. El problema político al que me refiero es que no pone a los ciudadanos en pie de igualdad y genera la calamitosa distinción entre ciudadanos de primera y segunda linea. En los últimos meses esta deuda con la laicidad ha mostrado su rostro en dos acontecimientos:  a) el debate sobre el proyecto de ley de unión civil entre personas del mismo sexo y b)  la revisión de lo sucedido en Bagua el 5 de junio del 2009.

Aparentemente ambas cosas no tienen conexiones entre si  pero, si se observa detenidamente, podremos notar que la el trasfondo de violación de derechos humanos se encuentra en la defensa de la confesionalidad del Estado.

1.-La unión civil de personas del mismo sexo


El debatido proyecto Bruce ha encontrado muchos opositores que han argumentado distintas cosas que no hacen mas que ocultar su adhesión a las ideas de un catolicismo extremadamente conservador. Comenzando por la propuesta del Cardenal Cipriani de someterlo a un referéndum - propuesta que no tiene lugar pues lo que se debate es de la manera de hacer efectivos derechos fundamentales y humanos básicos para un grupo de personas que no cuentan con las herramientas legales para hacerlo,  y en este tipo de casos ninguna consulta popular puede restringir derechos humanos a un grupo.

Otros han argumentado que la sociedad no se encuentra preparada para ello por el peso de la tradición católica y otros han señalado que el proyecto Bruce seria peligroso debido a que podría abrir la puerta a la exigencia de derecho de matrimonio de las minorías sexuales. Incluso otro profesor de la misma casa de estudios mencionada arriba, bajo el grito "somos kantianos" pretendió argumentar que la unión civil de personas del mismo sexo va en contra se la segunda formulación del imperativo categórico. Esta formulación señala algo así como debes utilizar a la persona humana como un fin y nunca solo como un medio

De acuerdo a dicho profesor, el proyecto en cuestión va en contra de lo que dice Kant debido, supuestamente,  a que si el ser humano ha sido creado hombre y mujer la practica del sexo contra natura seria utilizar a la persona como un medio para un fin perverso (llamaré a éste "argumento G."). Aunque el autor pretenda hacer una interpretación valida del pensamiento de Kant,  su argumentación no tiene en cuenta el hecho de que el filosofo alemán a) rechaza la estrategia del conocimiento de una supuesta visión de la naturaleza humana, pues en su Crítica de la razón pura dejó sin piso aquellas pretensiones y b) Kant siempre se opuso al recorte de derechos civiles y, mas bien,  abogo por una ampliación de los mismos. Para ello se puede ver  Metafísica de las costumbres. Doctrina del derecho. 

El profesor en cuestión,  aunque señala lo contrario en su libelo,  termina forzando su argumento para abrir paso a sus prejuicios católicos,  cosa que es una deshonestidad intelectual. Sugiero que el grito del libelo no sea "somos kantianos", sino "somos Cantinflas", aunque el cómico mexicano argumentaba mejor.Aquello que dicho profesor está haciendo es utilizar argumentos pseudoseculares para apoyar posiciones religiosas conservadoras. Dicha estrategia es muy extendida. Se ha utilizado en contra del aborto, en contra de la píldora del día siguiente y en contra de la eutanasia. La estrategia es esgrimir argumentos científicos o de otra índole, pero que son claramente dudosos para apoyar convicciones religiosas irreflexivas. Uno de los extremos de esta estrategia fue el argumento contra el proyecto Bruce, señalando que, puesto que el congresista hizo pública su orientación sexual, su proyecto contiene un conflicto de intereses. Si ese fuera el caso, ninguna congresista podría proponer un proyecto de ley contra el acoso contra las mujeres en el transporte público. 

Este tipo de argumentos falaces e encubridores no consiguen sino hacer daño al país, pues no permiten debatir, de manera honesta, un tema que es de vital importancia para garantizar la igualdad civil de los ciudadanos: la posición que el Estado peruano debe tener frente a la Iglesia Católica y a la laicidad. 


2 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajaja qué buena, profe! "somos cantinflas"! como dice Rorty, quienes, hay quienes tienen una autoestima que dependen de que los demás acepten paradojas sagradas imposibles de sostener y cuestionar

Anónimo dijo...

jajajaja qué buena, profe! "somos cantinflas"! como dice Rorty, quienes, hay quienes tienen una autoestima que dependen de que los demás acepten paradojas sagradas imposibles de sostener y cuestionar