viernes, 13 de diciembre de 2013

MANDELA

            


        La sensible muerte de Nelson Mandela ha conmovido a todo el mundo, no tanto porque se haya suscitado repentinamente, sino por la huella que éste dejó en nuestro mundo contemporáneo. Ciertamente, la gravedad de su estado de salud era conocida desde hace algunos meses. Pero el significado de su vida para nuestro mundo actual es lo que brilla más en este momento.

I

            Mandela es reconocido contra luchar y derrotar el régimen del apartheid en Sudáfrica. El apartheid, término que en afrikáans significa  “separación” , era un régimen de segregación racial que separaba a la mayoría negra de Sudáfrica y Namibia del poder político y económico, con el objetivo de que la minoría blanca puedan mantener sus privilegios.  En vista de lo sucedido en otros países del entorno, donde las minorías blancas habían cedido el poder a la mayoría negra, el Sudáfrica la minoría blanca había impuesto el régimen del apartheid para evitar perder su posición de poder. Ello significaba la creación de lugares habitacionales, de estudio y de recreo separados, la denegación al voto de la mayoría negra, la prohibición de matrimonios y de relaciones sexuales entre negros y blancos. 
            Este régimen fue impuesto en 1948, bajo el gobierno del Daniel Malan, del radical Partido Nacionalista. Cuando dicho partido ganó las elecciones, en 1947, Malan declaró lo siguiente: "Hoy día Sudáfrica vuelve a ser nuestra, Dios permita que sea nuestra siempre", donde el término “nuestra” refería a la minoría blanca (21% de la población). La gesta de Mandela y de CNA (Congreso Nacional Africano) comienza desde muy temprano con la Campaña de Desobediencia Civil de 1952 y con la resistencia no violenta, inspirada en Gandhi,  desarrollada durante esos años. El 5 de diciembre de 1956 fue arrestado, junto con otros 150 activistas, y fue encarcelado entre 1956 y 1961, año en que fue liberado por ser hallado inocente. A raíz de la masacre de Sharpeville, el 21 de marzo de 1960, en la que la policía abrió fuego contra manifestantes matando 69 personas, el CNA abandonó la resistencia pasiva y asumió estrategias guerrilleras.  En esa década Mandela participó activamente en esta resistencia armada, liderándola y fue declarado terrorista por la ONU, y aunque huyó del país, fue capturado con el apoyo de la CIA y entre 1964 y 1990 fue encarcelado en la prisión de la Isla Robben, con el número 466/64 (por la celda y el año).


II

            Por las presiones internas y externas, el gobierno de De Klerk liberó a Mandela y se convirtió en el principal interlocutor para la democratización de Sudáfrica y el desmantelamiento del régimen del apartheid. En 1995 Mandela el electo presidente e instauró la Comisión de la Verdad y Reconciliación en su país, presidida por el Arzobispo Desmond Tutu. La Comisión presentó su Informe Final en 1998.
            En varios aspectos la situación de sudafricana que Mandela tuvo que enfrentar tiene sus paralelos con la situación que debemos enfrentar en el Perú. Entre ellos se pueden destacar 3: a) El paso de un régimen no democrático a otro de carácter democrático, b) Encarar el mal social y político de la discriminación racial y étnica,  y c) El llevar adelante una Comisión de la Verdad.

            El proceso de democratización del régimen político sudafricano fue a través de un proceso largo que culminó con una negociación con el régimen de De Klerk. En ese proceso, la presión internacional fue un elemento determinante. En el caso peruano, también gracias a la presión internacional y a los escándalos de los vladivideos el régimen fujimontesinista tuvo que abandonar el poder. No hubo, como en Sudáfrica, una negociación, o un acuerdo hacia la transición democrática. El régimen autoritario se aferró en Perú todo lo que pudo. De otro lado, en Sudáfrica la segregación racial no estuvo exenta de violencia, al igual que el conflicto armado interno en Perú estuvo marcado por el desprecio racial y étnico, donde los pueblos quechas, aymaras y amazónicos fueron brutalmente tratados tanto por los grupos terroristas (MRTA y SL) como algunos efectivos del orden.  Y en ambos países se instituyó una Comisión de la Verdad, una vez caído el régimen anterior e instaurada la democracia. Si algo debe ser asociada la memoria de Mandela es a la Comisión de la Verdad, por su instauración y el impulso que le dio. En el Perú hemos carecido de un gobierno que se comprometa realmente con el trabajo de la Comisión de la Verdad y Reconciliación. La figura de Mandela constituye una exigencia para la sociedad peruana en ese sentido.

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