domingo, 5 de mayo de 2013

ADIOS A JAVIER DIEZ CANSECO


          La noche del 4 de mayo falleció Javier Diez Canseco, uno de los más destacados políticos de izquierda peruana de los últimos tiempos. Su amplia trayectoria política y de vida fue indiscutiblemente  limpia, coherente y valiosa. Ningún político y ciudadano consciente, no importa cuál sea su opción política, puede dejar de reconocer la grandeza de su persona. Un elemento adicional que distinguía a su persona era el haber sufrido polio durante su niñez, condición que lo hizo particularmente sensible con los discapacitados en general
            En tiempos en los que muchos políticos han buscado más sus intereses particulares o partidarios, y en los que la política sin escrúpulos, ni integridad y transparencia, la figura de Javier Diez Canseco se ha estacado como una excepción. Él supo combinar la fidelidad a sus convicciones políticas de izquierda, con la reflexión, la búsqueda de hacer que sus creencias políticas fuesen lo más consistentes posibles y un elemento adicional, que es sumamente importante pero para muchos políticos y ciudadanos parece no existir: los aspectos éticos de la política.
            Para muchas personas la política carece de límites éticos. Para muchos de ellos, especialmente políticos, la ética y la política son como el agua y el aceite. Para otros, las los intentos de colocar parámetros éticos a la actividad política esa una argucia para política más. Sin embargo, nuestro lenguaje y debate político está cargado de conceptos éticos. La justicia social, la democracia, los derechos humanos, la defensa de los derechos de las minorías y de los discapacitados,  ciertamente pueden ser instrumentalizados políticamente, pero también son, y eso es incuestionable, pautas éticas para la vida política.
            La actividad de Javier Diez Canseco  brilló especialmente por el reconocimiento de esas pautas éticas y por la exigencia de que éstas fuesen respetadas por los agentes políticos nacionales.  Podríamos señalas que entre sus aportes más destacables se encuentran el compromiso con la justicia social, que caracteriza a su filiación de izquierda, su compromiso con los Derechos Humanos, su compromiso con los discapacitados y su reconocimiento de la importancia que tienen las pautas éticas en la actividad política.
            En nuestros días, muchos políticos, e incluso partidos o agrupaciones políticas, carecen de entereza moral. Muchos de ellos buscan su provecho personal más que la defensa de los derechos de los ciudadanos y la protección de la democracia frente a sus adversarios. Muchos de ellos no tiene ningún empacho en señalar que actúan en función del cálculo político partidario o personal sin tener en cuenta consideraciones más amplias. Pero otra cosa que caracteriza la escena política actual es la pobreza en el debate de ideas. Muchos políticos, congresistas y agentes del gobierno señalan que antes de estar “ideologizados” y de ser de izquierda o de derecha,   son pragmáticos y toman decisiones técnicas.  Hemos escuchado en estos días al mismo Presidente de la República señalar que toma decisiones de manera no ideológica (es decir, sin carga política) sino de manera técnica. ¡Nunca escuché mayor disparate en mi vida! ¿Cómo es posible que la máxima autoridad política diga con todo desparpajo que no toma decisiones desde un punto de vista político?
            Esto último lo que revela es la miseria de la reflexión política y el debate de ideas políticas en muchos de los niveles de la sociedad, y espacialmente en el congreso y en el gobierno. Ciertamente, este no es un mal exclusivo del gobierno actual ni del congreso actual, sino que se ha ido generando durante las últimas décadas. La palabra “pragmatismo” es usada simplemente para ocultar la pobreza de ideas políticas. Javier Diez Canseco  durante su vida fue muy consciente de la importancia de las ideas en la política y por eso se dedicó, entre otras cosas a fomentar el debate y a discutir ideas.
            El aporte de Javier a la vida política nacional es invalorable desde muchos aspectos. El que la muerte lo encuentre con una sanción parlamentaria hace que brille con toda su luz tanto su integridad como persona y político, como su honestidad intelectual. Esta acción pone de relieve  la catadura moral del los partidos representados en el Congreso de la República.

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