Como es conocido ya, Alan García ha
dado la voz de consigna “al sí, compañeros”, tanto que resultó penoso ver a
Armando Villanueva del Campo, líder histórico del partido de la estrella tener
que negarse a los honores de parte de la alcaldía porque el “partido”, es
decir, Alan, le dijo nones. Y más penoso aún escuchar a Mauricio Mulder, evidente
líder de segunda fila en un partido personalizado, diciendo cosas tramposas
como que él va a votar porque los regidores del PPC se mantengan, sabiendo que
si revoca a todos los de Fuerza Social también saca de su puesto a los del PPC.
Es tan fuerte el poder de García en el partido que puede darse el lujo de hacer
que líderes se humillen de esa manera a vista y paciencia de toda la
ciudadanía. U obligar a Velásquez Quesquén a decir cosas como “en política, si
no haces cosas retrocedes” sugiriendo que inclusive si el partido toma
decisiones erráticas y las lleva a cabo igualmente avanza.
Pero
la estrategia de García resulta bizarra, pues con su apoyo al sí podría poner
en peligro una de sus aspiraciones a mediano plazo, a saber, ganar la
Presidencia el 2016. Esta idea ha sido visualizada por Rosa María Palacios en el diario La Republica. La hipótesis
de Palacios es razonable y describe un escenario posible en el cual, el 2016
gana Keiko, y no Alan, las presidenciales. Dentro de esta perspectiva, no
resulta extraño el que Keiko o su padre haya dado directivas distintas a los
seguidores de la dinastía Fujimori, es decir, las de votar cada cual de acuerdo
a su propia conciencia (aunque como sabemos, esto puede ser sólo para la
imagen,. Y que internamente hayan acordado apoyar al sí).
Al
menos llama la atención el que García y la dinastía Fujimori hayan tomado
posiciones diferentes respecto de la revocatoria. Una de las posibles razones
es que como García y keiko van a ser rivales para el 2016. La otra posible
razón es que los Fujimori han visto que ser asociados abiertamente al sí
resulte un mal paso –como dice el vals- y no quieren cargar con un “embarazo no
deseado” que haga peligrar el 2016. Ya la dinastía ha cometido tantos errores
al tratar de sacar de prisión a su líder, a tal punto que no han logrado
convencer ni al pusilánime Ollanta ni a la ambiciosa Nadine. Parece que están
aprendiendo que un poco de prudencia no les caería bien, si quieren conseguir
sus objetivos. Será por eso que Kenyi está más silencioso, aunque aún no
consiguen que aprenda lo que significa el proverbio de “a boca cerrada no
entran moscas”.
El
audaz García, en cambio, ha decidido apostar por el caballo del sí de manera
incondicional, pues cree que su poder político es tal que podría,
eventualmente, un escenario adverso post revocatoria, tal como Palacios lo
describe. El ex presidente ha demostrado ya con anterioridad la medida de su
ego, que no le importó destrozar su partido con tal de salir limpio. Qué
asegura que esta vez su ego engrosado no termine afectando sólo al partido sino
su propia imagen, cargando con la responsabilidad de un desgobierno altamente impopular. Si
García fuese un líder que quiere lo mejor para su partido, o si quisiere evitar
una posición de desventaja frente a los Fujimori, no debería involucrarse con
el sí, pues esas juntas no le convienen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario