domingo, 26 de octubre de 2014

EN EL RINCON DE LAS ANIMAS

A raíz de la propuesta de incluir en la curricula escolar la asignatura de "emprededurismo",  se suscito recientemente un debate sobre si el emprendedurismo es compatible con la educación intercultural. En dicho debate tomaron preponderancia las posicioes de Daniel Salas y Morosini. En realidad,  Morosini fue evocado por Salas para defender dos ideas centrales. La primera es que el emprendedurismo es compatible con el pluralismo cultural,  mientras que la segunda señala que el emprendedurismo no tiene algún vinculo con el neoliberalismo.

Ambas ideas son altamente cuestionables. Se ha señalado que el emprendedurismo no representa una ideología ( que podría ser la "ideología del sujeto emprendedor")  y que quien monta un negocio (una panadería, por ejemplo)  o quien se enfrenta a la tarea de realizar una tesis universitaria seria un emprendedor. Si esto es así,  quien se lanza a la empresa de la conquista amorosa sería también un emprendedor. Como se comprenderá,  si utilizamos emprendimiento,  en el sentido en el que el emprendedurismo lo entiende,  llega un momento en el que el significado adquiere una indeterminación radical.

Es por esta razón que es mejor enmarcar el termino  "emprendedurismo" en un contexto que lo haga comprensible.  Lo que realmente se entiende por esa palabra es incorporar a las personas al mercado,  entendido como un sistema, a la vez de entender que todas las relaciones y bienes sociales  se encuentran determinadas por tal sistema.  De esta manera,  las personas no son entendidas como ciudadanos sino como engranajes del mercado.

A esta altura se hace necesaria una distinción importante. Una cosa es entender que el mercado es un elemento importante dentro de una sociedad democrática y liberal,  y que debe compartir el espacio con otras instituciones y circuitos de distribución de bienes;  y otra cosa muy distinta es proponerse la tarea política de convertir al mercado como un sistema que de devore toda la distribución de bienes en una sociedad.

Este proyecto político hunde sus raíces en las ideas de Misses y Hayek,  y conrituye lo que algunos denominan erróneamente "liberalismo" y que,  en realidad es el neoliberalismo.  El neoliberalismo tiene como proyecto adicional convertir en toda relación en instrumenta,  cosa que descompone el tejido social,  atomiza la sociedad y debilita las instituciones como también las culturas. Un ejemplo de ello es el discurso de Alan García respecto del "Síndrome del perro del hortelano"  que apareció en medio de los sucesos lamentables de Bagua el 2009. En este sentido, el emprendedurismo es adverso al pluralismo cultura al pluralismo respecto de formas de vida. Esta ideología se presenta como homogenizadora y universalista, pero atenta contra toda forma de diversidad. Y esto es así, porque en su corazón lleva la lógica del razonamiento utilitarista que considera sólo las relaciones de medios a fines desde el punto de vista de mayores beneficios económicos con los menos pérdidas.

Ante este argumento,  Salas responde que el neoliberalismo no tiene ninguna conexión con el emprendedurismo y que,  mas bien,  tiene su origen en el llamado Consenso de Washngton. Para ello,  nuestro amigo se apoya en un articulo de Morosini en el que se señala que dicho consenso estipula un conjunto de medidas que deben incorporarse en la estructura básica de la sociedad para que sea neoliberal,  y puesto que esas medidas no se han incorporado en su totalidad en el Perú,  no estaríamos en una sociedad neoliberal y el emprendedurismo no seria una ideología neoliberal.

Este argumento -que pretende señalar que el neoliberalismo es fruto del Consenso de Washington, no hace otra cosa que colocar la carreta por delante de los bueyes. Para que se pueda constituir tal consenso  es necesario que se comparta previamente una concepción de la naturaleza de las personas como de la sociedad. En otras palabras,  para que dicho consenso pueda tener lugar debe de existir previamente una ideología neoliberal,  ideologia que se encuentra detras del discurso  sobre el emprendedurismo. De otro modo,  los conceptos se pierden en el rincón de las almas.

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