martes, 29 de octubre de 2013

DERECHOS HUMANOS Y DESIGUALDAD SOCIAL - TRES MANERAS DE ENSEÑAR DERECHOS HUMANOS EN LAS UNIVERSIDADES - (SEGUNDA PARTE)




3.- El enfoque anamnético

            El enfoque anamnético pone en el centro procesos de justicia transicional, la memoria y en la historia reciente. De esta manera, los derechos humanos se encuentran conectados en dos direcciones: hacia atrás y hacia adelante. Hacia atrás, a través de la memoria y la historia reciente; y hacia adelante, a través de un proyecto político que tiene como núcleo la consolidación de una sociedad democrática en la cual exista un compromiso serio con los derechos humanos.
            Ciertamente, este enfoque no descuida el estudio del sistema de protección internacional de los derechos, como tampoco dejará de lado el estudio de los antecedentes históricos de la cultura de los derechos humanos. Pero el centro de gravedad de este enfoque se encuentra en el proceso de justicia transicional, especialmente cuando estos cursos se dictan en países marcados por regímenes dictatoriales recientes violadores de derechos humanos, como es el caso en Perú.

3.1.- La justicia transicional y el pasado

Por “Justicia Transicional” se entiende tipo de proceso que se abre cuando una sociedad que ha vivido bajo un régimen político dictatorial y violador de derechos humanos pasa a un régimen democrático. Dicho proceso lo que busca es consolidar las instituciones democráticas. En este tránsito la justicia transicional exige la instauración de una Comisión de la Verdad que investigue los hechos ocurridos durante el periodo de violencia generado por el gobierno dictatorial, centrándose en las violaciones de derechos humanos y activando una reconstrucción narrativa de la memoria histórica reciente.
De esta manera, la instauración de Comisiones de la Verdad se convierte en un elemento central en el proceso de justicia transicional. En muchos países, como en España, se dio el tránsito de la dictadura a la democracia, pero sin la instauración de una Comisión de la Verdad.  En dichos contextos no se ha pasado por la puerta de la justicia, sino simplemente se practicó la política de “dar vuelta a la página”. En otros países, como es el caso peruano, se instaló una Comisión de la Verdad, pero los agentes políticos involucrados en la violación de derechos humanos han utilizado todo su poder fáctico para neutralizar los efectos de la justicia y no quedar tras las rejas o desaparecer como fuerza política.
Las Comisiones de la Verdad que la justicia transicional exige intentan reconstruir la memoria reciente con tres objetivos concretos: a) identificar víctimas, deudos y victimarios, a fin de hace justicia; b) hacer que la sociedad y el Estado reconozca la pérdida o el daño causado a los afectados durante el proceso de violencia, de manera que se pueda realizar las reparaciones simbólicas o materiales - tanto colectivas o individuales - a los mismos[1]; y c) la reconstrucción narrativa de la historia reciente de la sociedad, historia que debe ser enseñada a los jóvenes para que sepan lo sucedido y no vuelvan a repetir los mismos errores  en los que se cayó en el pasado. La reconstrucción de la historia reciente ayuda, además, a la sociedad a saber qué elementos y estructuras debe modificar para que lo vivido durante los años de violencia no vuelva a suceder[2].

3.2.- La justicia transicional y el futuro

            El enfoque de la justicia transicional incluye no sólo una mirada al pasado y una reconstrucción narrativa de la historia reciente, sino que significa una visión prospectiva. En esta visión volcada hacia el futuro se piensa en la construcción y el fortalecimiento de una sociedad democrática en la cual el respeto de los derechos humanos  tenga un lugar central. El proceso de justicia transicional significa la apertura de la puerta para repensar la vida social y construir una sociedad en la cual no vuelva a suceder los males del pasado.
            Es por ello que la justicia transicional debe conectarse con una política dirigida a construir y fortalecer las instituciones de una sociedad democrática. Dichas políticas deben incluir fortalecer las instituciones del Estado. De esta manera, esta política debe fortalecer el poder judicial, protegiéndola de altos grados de corrupción y de la injerencia del poder político. Además, el poder ejecutivo no debe interferir en la independencia del poder legislativo y las demás instituciones de la democracia deben fortalecerse, incluyendo las universidades, las iglesias y los partidos políticos.



[1] Respecto a la búsqueda de los desaparecidos durante el el conflicto armado interno y  a las reparaciones Cf. ULFE, María; ¿Y después de la violencia qué queda? Víctimas, ciudadanos y reparaciones en el contexto post- CVR en el Perú, Bs. As.: CLACSO, 2013.
[2] Respecto de la memoria y la justicia transicional, Cf. GAMIO, Gonzalo; Tiempos de memoria. Reflexiones sobre derechos humanos y justicia transicional, Lima: CEP, 2009.

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