El 28 de Agosto se cumplen 10 años
de la entrega del Informe Final de la CVR.
Se trata de un acontecimiento de suma importancia como para que la baja
política se la coma. Por su contenido, que es la investigación respecto de los
años de violencia más cruenta que este país ha sufrido en su época republicana,
los 10 años del Informe nos sirve como horizonte para debatir las cuestiones
políticas y sociales de fondo en el Perú actual. La fecha no será una simple
conmemoración de un pasado remoto, sino que puede servir para organizar la
agenda de debate público, puesto que con ella se conectan cuestiones de actual importancia
para nuestro país: los problemas de la desigualdad y la cuestión del servicio
militar, la reforma del Estado y la ley del servicio civil, el debate sobre la
ley universitaria, la situación de la educación en el Perú, la cuestión de la
relación entre el Estado y el mercado; incluso la estructuración de los partidos
políticos para hacerlos más fuertes y democráticos, y la discusión sobre qué
hacer con los partidos radicales y autoritarios de extrema derecha y extrema
izquierda; la recomposición de una izquierda democrática.
Sobre estas y otras cuestiones de fondo deberíamos de estar
discutiendo. Todos estos temas tiene conexión con los tema Toledo, García y
Fujimori. Pero dichos temas están enfocándose desde una perspectiva política
partidaria que tiene el nivel del chaveteo y no se encuentra a la altura de las
circunstancias. En cambio, colocarlas sobre el trasfondo del Informa Final de
la CVR las dota de una perspectiva que puede fortalecer la integración social y
el sistema político. Pero, lamentablemente, eso no va a suceder, ya que los
partidos políticos y los medios no lo permitirán, porque con ello tendrían que
rendir cuenta ellos y sus aliados. Lo cierto es que si uno quita todas las
cortinas de humo y todos los enfoques distractores, lo que queda es el Informe, que el que el país tiene una
enorme deuda.
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