La prensa deportiva se ha referido reiteradamente al Director Técnico de la Selección Peruana de Fútbol con el apelativo "El Mago", para indicar que mor medio de una supuesta batita mágica transformó un mal equipo en uno bueno. La metáfora de la barta es una expresión simbólica que ha estado poderosamente presente en el imaginario nacional.
El 10% y el 90%
En este país estamos hemos acogido la creencia de que tanto en el fútbol, o en cualquier otro deporte, e incluso toda actividad, lo decisivo es el brillo expontáneo del talento. Creemos que tendremos un buen equipo cuando tengamos jugadores con cualidades excepcionales. Dichas cualidades las consideramos como innatas y no elaboradas a través de la ejercitación constante.
Si bien es cierto que para el deporte, las artes y las ciencias hay que tener cualidades y aptitudes - lo que llamamos talento - tambien es cierto el dicho de señala que en todo ello 10% es talento y un 90% es trabajo. Estamos abituados a enfocarnos en ese 10% y desestimamos el 90%. Esa es una de las razones por las que nos hemos acostumbrado a improvizar en las actividades que realizamos más que en pensarlas como un trabajo continuo y sostenido.
Incluso, quienes consideran tener un talento o habilidad especial para algo, mira con cierto desprecio al que trabaja. De allí viene el insulto velado de la escuela : "chancón". El chancón es el que pone el 90% y carece 8en apariencia) del 10%. Es tal vez por ello que quienes tienen talento suelen realizar logros significativos en el extranjero y no en el Perú. Cierto es que los apoyos institucionales que peruanos talentosos encuentran en otros países son importantes, pero también ellos aprenden que el trabajo sostenido y el combatir las distracciones y las juergas es importante.
La metáfora de la barita mágica
Cuando la prensa señala a Marcarian como "El mago", está diciendo que sólo a través de una barita mágica se puede convertir un equipo malo en uno bueno. Ello supone dejar de lado el trabajo disciplinado y constante. ¿Es que acaso no podemos creer que en el Perú también podemos trabajar sostenidamente y conseguir logros importantes?. Ciertamente, el apoyo institucional es importante, pues sin él no tendríamos a Marcarian. Pero lo quew hace el Director Técnico es hacer trabajar de manera inteligente y disciplinadamente a la gente, y no usa baritas ni pósimas mágicas.
El talento y la escuela: astucia vs. inteligencia
Muchos centros de formación en el Perú se encuentran capturados por la metáfora de la barita mágica. Ya mencionén el uso del apelativo "chancón" para insultar a quien aparentemente no tiene talento pero sí empeño. El mensaje es "no hay que estudiar, todo es cuestión de ingenio y astucia".
Las escuelas a las que me refiero consideran que de hecho los estudiantes no lograrán los objetivos a menos de que sean astutos.Y se confunde el significado de las palabras "astuto" e "inteligente". El astuto tiene habilidad práctica innata, pero no el entendimiento suficiente de que tiene que realizar un trabajo consigomismo y tiene que interiorizar las normas de una moral postconvencional (como el respeto a los otros, la tolerancia, el trato cordial, etc.). El inteligente, en cambio, sí tiene esa comprensión más amplia de lo que es formarse a sí mismo. El astuto es rápido de mente, el inteligente puede ser lento y parecer lerdo, pero lo que el inteligente está haciendo en ese momento de demora es pensando y profundizando. A la larga los frutos del inteligente tienen mayor alcance y son más duraderos porque se está consolidando.
Mientras que el astuto plagea en las evaluaciones, el inteligente se toma el trabajo de estudiar, de leer e investigar. El astuto no se apasiona con nada, sino con lo más fácil y está pensando en hacer dinero en el futuro. El inteligente en cambio, tiene una pasión, va consolidando un interés, una inquietud, una búsqueda de profundidad. Astutos abundan, más no inteligentes. Es por ello que la vanalidad y la trampa se haN puesto a la orden del día.
Disciplina y libertad
Las escuelas que no inculcan disciplina y trabajo, forman astutos. Pero aquella que se centra en la disciplina sin libertad forma rebeldes (en el mejor de los casos) o ovejas (en el peor). Un ejército de peones dispuestos a trabajas sin razonar, y miembros de grupos fundamentalistas que actúan a la voz de un líder. La disciplina y el trabajo tiene que estar acompañada con la libertad de razonar, de soñar y de imaginar mundos distintos.
Ni magia, ni disciplina ciega
Nuestra experiencia actual respecto del fútbol nacional nos enseña que la magia es mala consegera, y que necesitamos es trabajo y disciplina. Pero la penetración del fundamentalismo religioso en nuestro medio nos enseña que el trabajo disciplinado no debe ser ciego, sino razonado y crítico. Por ello en las escuelas y en las iglesias debemos forjar personas pensantes y críticas. El cuestionamiento censato no ha dañado jamás a ninguna sociedad. Por dudar inteligentemente nadie se ha muerto, e inclusive el camino de muchos de los modelos de fe se han permitido dudar y cuestionar profundamente las creencias religiosas y las prácticas de las instituciones eclesiales.
En este país estamos hemos acogido la creencia de que tanto en el fútbol, o en cualquier otro deporte, e incluso toda actividad, lo decisivo es el brillo expontáneo del talento. Creemos que tendremos un buen equipo cuando tengamos jugadores con cualidades excepcionales. Dichas cualidades las consideramos como innatas y no elaboradas a través de la ejercitación constante.
Si bien es cierto que para el deporte, las artes y las ciencias hay que tener cualidades y aptitudes - lo que llamamos talento - tambien es cierto el dicho de señala que en todo ello 10% es talento y un 90% es trabajo. Estamos abituados a enfocarnos en ese 10% y desestimamos el 90%. Esa es una de las razones por las que nos hemos acostumbrado a improvizar en las actividades que realizamos más que en pensarlas como un trabajo continuo y sostenido.
Incluso, quienes consideran tener un talento o habilidad especial para algo, mira con cierto desprecio al que trabaja. De allí viene el insulto velado de la escuela : "chancón". El chancón es el que pone el 90% y carece 8en apariencia) del 10%. Es tal vez por ello que quienes tienen talento suelen realizar logros significativos en el extranjero y no en el Perú. Cierto es que los apoyos institucionales que peruanos talentosos encuentran en otros países son importantes, pero también ellos aprenden que el trabajo sostenido y el combatir las distracciones y las juergas es importante.
La metáfora de la barita mágica
Cuando la prensa señala a Marcarian como "El mago", está diciendo que sólo a través de una barita mágica se puede convertir un equipo malo en uno bueno. Ello supone dejar de lado el trabajo disciplinado y constante. ¿Es que acaso no podemos creer que en el Perú también podemos trabajar sostenidamente y conseguir logros importantes?. Ciertamente, el apoyo institucional es importante, pues sin él no tendríamos a Marcarian. Pero lo quew hace el Director Técnico es hacer trabajar de manera inteligente y disciplinadamente a la gente, y no usa baritas ni pósimas mágicas.
El talento y la escuela: astucia vs. inteligencia
Muchos centros de formación en el Perú se encuentran capturados por la metáfora de la barita mágica. Ya mencionén el uso del apelativo "chancón" para insultar a quien aparentemente no tiene talento pero sí empeño. El mensaje es "no hay que estudiar, todo es cuestión de ingenio y astucia".
Las escuelas a las que me refiero consideran que de hecho los estudiantes no lograrán los objetivos a menos de que sean astutos.Y se confunde el significado de las palabras "astuto" e "inteligente". El astuto tiene habilidad práctica innata, pero no el entendimiento suficiente de que tiene que realizar un trabajo consigomismo y tiene que interiorizar las normas de una moral postconvencional (como el respeto a los otros, la tolerancia, el trato cordial, etc.). El inteligente, en cambio, sí tiene esa comprensión más amplia de lo que es formarse a sí mismo. El astuto es rápido de mente, el inteligente puede ser lento y parecer lerdo, pero lo que el inteligente está haciendo en ese momento de demora es pensando y profundizando. A la larga los frutos del inteligente tienen mayor alcance y son más duraderos porque se está consolidando.
Mientras que el astuto plagea en las evaluaciones, el inteligente se toma el trabajo de estudiar, de leer e investigar. El astuto no se apasiona con nada, sino con lo más fácil y está pensando en hacer dinero en el futuro. El inteligente en cambio, tiene una pasión, va consolidando un interés, una inquietud, una búsqueda de profundidad. Astutos abundan, más no inteligentes. Es por ello que la vanalidad y la trampa se haN puesto a la orden del día.
Disciplina y libertad
Las escuelas que no inculcan disciplina y trabajo, forman astutos. Pero aquella que se centra en la disciplina sin libertad forma rebeldes (en el mejor de los casos) o ovejas (en el peor). Un ejército de peones dispuestos a trabajas sin razonar, y miembros de grupos fundamentalistas que actúan a la voz de un líder. La disciplina y el trabajo tiene que estar acompañada con la libertad de razonar, de soñar y de imaginar mundos distintos.
Ni magia, ni disciplina ciega
Nuestra experiencia actual respecto del fútbol nacional nos enseña que la magia es mala consegera, y que necesitamos es trabajo y disciplina. Pero la penetración del fundamentalismo religioso en nuestro medio nos enseña que el trabajo disciplinado no debe ser ciego, sino razonado y crítico. Por ello en las escuelas y en las iglesias debemos forjar personas pensantes y críticas. El cuestionamiento censato no ha dañado jamás a ninguna sociedad. Por dudar inteligentemente nadie se ha muerto, e inclusive el camino de muchos de los modelos de fe se han permitido dudar y cuestionar profundamente las creencias religiosas y las prácticas de las instituciones eclesiales.