miércoles, 6 de julio de 2011

EL PEDIDO DE VACANCIA COMO ESTRATEGIA POLÍTICA DE LA DERECHA RADICAL



     En las últimas semanas se ha estado maquinando el pedido de vacancia de la alcaldesa de Lima, Susana Villarán. Curiosamente, la persona que formuló con claridad dicho  pedido es una persona del entorno político de Luis Castañeda. ¿Coincidencia o estrategia política?

El concierto de los medios

     Los mismos medios de comunicación que satanizaron la campaña electoral de Villarán, (y dicho sea de paso, también de Ollanta Humana) han utilizado su poder mediático para operar de amplificador al pedido de vacancia. Durante semanas enteras se viene tratando  el tema de una manera tendenciosa: se entrevistan a los políticos que arropan el pedido, de entrevista al mismo Castañeda, se les da un enorme espacio a declaraciones de ministros y del mismo presidente García, manifestaciones a favor de sacar ba Villarán de la alcaldía.
    
     Dicho concierto mediático genera una reacción en muchos ciudadanos. Por el escaso nivel de reflexión, muchos ciudadanos de a pie asumen acríticamente lo que lo que la televisión, la radio y la prensa dicen. Por una falta de costumbre y reflexión, muchos residentes en Lima son pres fácil de mensajes que se repiten constantemente.

 Villarán y las obras

     En una de sus columnas periodísticas el psicoanalista Jorge Bruce señaló un juego de palabras que podría expresar también un juego inconciente. Según Bruce, con las mismas letras con las que se escribe la palabra "OBRAS" pembién se puede componer la palabra "ROBAS". Más allá del juego lingüístico, lo cierto es que de ha comprobado feacientemente que las autoridades que hacen muchas obras suelen sobrevalorar los presupuestos de las mismas y amazar ciertas sumas de dinero. Pero, hay algo adicional. La política edil o presidencial no puede reducirse a la realización de obras, sino que es necesario que se centre en consolidar mecanismos de decisión democráticos,  a fortalecer las instituciones democráricas y a trabajar en la inclusión, política, social y económica.
     
     En este sentido una autoridad municipal debe trabajar en consolidar los mecanismos ciudadanos de deliberación y debate sobre las cuestiones importantes de la ciudad, de manera que se llege a concensos, acuersdos y negociaciones entre todos los grupos involucrados en el funcionamiento de la ciudad y entre los ciudadanos. También debe combatirse la discriminación y liberar a la ciudad de los prejuicios racistas, sexistas  y homofóbicos que algunas instituciones como la el sector dominante de la Iglesia Católica fomenta.

     Ello lo entendió perfectamente la alcaldesa Villarán. Es por ello que ella se abocó a cambiar el estilo de gestión de los problemas en Lima: se pasó de la gestión de las obras por la gestión de ña deliberación, eñl acuerdo y la convocatoria. Ciertamente, el cambio fue abrupto y genera desconcierto entre muchos ciudadanos. Tal vez debe realizar un tipo de gestón mixta, que involucte más obras, pues los ciudadanos asocian las obras no sólo con el robo, sino también con el trabajo de la autoridad. Si los hábitos ciudadanos fuesen de mayor calidad democrática, una gestión que no esté focalizada en las obras (y en el robo) podría tener más aceptación.

Susana y Lucho

     No es necesario ser muy suspicaz para entender que parte del interés de Castañeda en vacar a Villarán es un venganza política: "Ya que tú me bajaste en las presidenciales (con el caso "comunicore"), yo se saco de la alcaldía". Ese razonamiento demuestra irresponsabilidad de parte del exalcalde.  Pero esta cuestión va más allá: Castañeda lo que expresa es la reacción de la derecha cavernaria que NO SABE PEDER.
   
    No hay que olvidar que el triunfo de Villarán significó la derrota política de Lourdes Flores Nano. Dicha derrota fue no sólo la de una lider política que durante toda su trayectoria no conoció más que el fracaso. Pero significó el desbaratamiento de una estrategia que la derecha autoritaria había trazado para perpetrarse en el poder.  Con Flores en Lima, dicha derecha podía tener una plataforma propagandística para colocar a uno de sus líderes en la presidencia. El proyecto inicial apuntaba a Castañeda o a Fujimori. Con la caida de Castañeda, la derecha autoritaria lo reemplazó rápidamente por PPK (que se mostró como el nuevo rostro del PPC). Ya en la segunda vuelta, la candidata de la derecha cavernaria era evidentemente Fujimori. Es por ello que no sorprende que PPK y Alan García la hayan apoyado.  Hay que señalar que durante todo el gobierno aprista, el fujimorismo tuvo una gran presencia política. 

La derecha cavernaria

     La derecha cavernaria en el Perú a demostrado en reiteradas oportunidades  que no tiene ningún reparo al momento de entornillarse en el poder. No sólo a Castañeda le interesa sacar a Villarán, sino al mismo Alan García, quien no ha perdido oportunidad para hostilizar y entorpecer la actución de la alcaldeza actual. Es claro que tanto Castañeda como García preferían a Flores.  Con ello se muestra que los operadores políticos de la derecha cavernaria (de aquella derecha que se siente cómoda con Fujimori y no con Humala) estan concertados en objetivos inescrupulosos.
   
    Esta derecha es la que no quiere ninguna modificación en el modelo económico, aunque ante el triúnfo de Humala ha modificado su  discurso, pero no su corazón. Siguiendo su proyecto, esta derecha hace oidos sordos de los conflictos sociales que se han multiplicado en el país, y obviamente, silencia su propia conciencia moral, puesto que para apoyar a Fujimori no expresa otra cosa.

Lo que se viene

    ¿Y después de la vacancia de Villarán  qué? Es claro que el siguiente objetivo sería intentar la vacancia de Humala. García y la derecha que representa (esa derecha concesiva con el fujimorismo) tienen experiencia pidiendo vacancias de presidentes. No olvidemos el pedido de vacancia de Toledo liderado por García, no expresaba más que el apetito de poder de esta derecha antidemocrática.
   
    Lo que se viene es un escenario interesante pero peligroso para la democracia en el Perú. De un lado, una derecha radical que promete una guerra sin cuartel a Humala, y una derecha democrática que buscará moderar la política de Humala a fin de conjugar crecimiento e inclusión. Pero la batalla por Lima es decisiva en este asunto. Si la derecha cavernaria logra defenestrar a la alcaldesa nostrará que puede tener el poder de hacer lo mismo con el persidente electo. Es por eso que la defensa de Lima es una tarea en la que la derecha democrática tiene que emprender, si es que realmente la democracia en este país tiene importancia para ellos. 

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