En su República el filósofo
Platón puso en boca de Sócrates la afirmación según la cual los Guardianes del
Estado estaban adecuadamente preparados para el gobierno. Ciertamente, Platón
no se refería específicamente a los hombres de las armas, sino a los
especialistas del pensamiento, es decir, los filósofos. Hoy en día, el Comandante Ollanta Humala, lleva a cabo una
praxis de gobierno, que cual Platón desafinado no da pie con bola.
La
interpretación que hace de Platón el Presidente de la República es extraña,
para darle un calificativo. Humala considera que los guardianes socráticos es
la casta militar, no la de los filósofos. Si el presidente ha leído la el texto
que cita, creo que es necesario que le regalemos, para esta Navidad, una
traducción decente. Pero más allá de
ello, hay que aclarar algunas cosas al respecto.
En
primer lugar, Platón no negaba la posibilidad de la homosexualidad entre la
élite gobernante. De hecho él mismo, como otros filósofos de su época lo eran
abiertamente. La homosexualidad no era un problema para los atenienses de
entonces. Nuestro platónico presidente, con su lerdo consejo de ministros –que no
pudo remover a un ministro prepotentón que agredió a una trabajadora de LAN sin
que la presión pública se pusiese en movimiento- ha sacado un decreto según el
cual se va a hurgar en los dormitorios y entre las sábanas de las fuerzas del
orden para ver si son “bien hombrecitos” y “bien mujercitas”. Eso tiene un
nombre: legislar discriminación.
Pero
el conocimiento de la historia de la filosofía del Sr. Presidente se encuentra
corto, pues no sabe que Kant, en el siglo XVIII señaló con lucidez que los
filósofos no deben concentrar el poder, pues sabía bien que el poder corrompe
si se tiene concentrado entre las manos. Además, desde Kant se afirma un
principio fundamental en toda República, que es el Principio de Publicidad,
según el cual toda acción, decreto y ley del Estado debe ser de conocimiento
público para ser legítimo. Ahora los “guardianes Socráticos Nacionalistas” han decidido echar por la borda dicho
principio clave para toda democracia, legislando el secretismo respeto de todo
lo referente a “seguridad del Estado”, sea lo que ello signifique. De esta
manera se pretende amordazar a la prensa respecto de cuestiones referidas a las
condiciones de vida de los cadetes o al uso del presupuesto militar. De ahora
en adelante las FF.AA. no van a rendir cuantas a la sociedad del uso de sus
recursos, como si ese dinero no saliera de los bolsillos de todos los
ciudadanos.
Esta
política bizarra se conecta con una creencia estrambótica según la cual ahora
le toca a los militares gobernar este país, después de 20 años de gobierno
civil. Si bien es cierto que en la historia de este país los gobiernos civiles
y militares se han sucedido constantemente, ello no quiere decir que ello deba
ser así. Si queremos vivir en un país decente, la democracia y los gobiernos
civiles deben asentarse y madurar. Hay que fortalecer el sistema democrático y
no debilitarlo con legislaciones discriminatorias, secretistas ni manteniendo a
ministros que se dan el lujo de golpear a los ciudadanos y a las ciudadanas,
porque son ministros y les da la gana hacerlo.
Parece
ser que es desde la sociedad civil que se tiene que poner freno a estas
intentonas autoritarias. Así, como desde la sociedad civil reflexiva de este
país, liderada esta vez por Anel Townsend, que se va a dar la batalla por el NO
a la revocatoria. La revocatoria a Susana Villarán ya ha mostrado su verdadero
rostro. Ya está suficientemente documentado quiénes se encuentran detrás de
este intento de remover a la alcaldesa. Tal intento no es otro que el de
debilitar la institucionalidad democrática en el Perú. Es tan claro que
defender el NO es defender la democracia, que hasta personas que no votaron por
Susana Villarán, como Fernando de Szyszlo, están comprometidos con la campaña
liderada por Townsend. Resunta claro que
hay que defender la democracia, y tal como afirma Charlie García, es necesario
rechazar la Filosofía barata y los Zapatos de goma.
3 comentarios:
Estoy de acuerdo con su lectura profesor Alessandro, sólo añadiría que la falta de cultura política en nuestros representantes también debe ser enjuiciada desde la sociedad civil, debemos orientarnos por la reflexión política y no ceder al decisionismo que se justifica a posteriori por sus excesos.
Ciertamente, estimado Ron, este paìs adolesce de una profunda falta de cultura polìtica. Considero que la ùnica manera de avanzar al respecto es hacer que el sistema democràtico perdure y sus instituciones se fortalezcan. Es por ello que considero crucial que defendamos la democracia frente a sus amenazas.
Estoy de acuerdo en que debemos defender la democracia, sin embargo, es importante también dirigir nuestra mirada a todo el Perú y no sólo a la capital. El proceso de revocatoria que está viviendo Lima en estos momentos es pan de cada día en muchas provincias de nuestro país. La falta de cultura política es clara, pero recordemos que debemos pensar en el Perú entero. El caso de la revocatoria en Lima no debe ser pensado y criticado de manera aislada.
Aprovecho para felicitar a Alessandro por tan interesante blog.
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