martes, 19 de octubre de 2010

¿Qué tan democrática es la derecha peruana?

Las elecciones municipales en Lima han puesto de manifiesto dos cosas que hay que destacar. La primera es que una izquierda democrática y liberal, como la representada por Fuerza Social y Susana Villarán, puede aglutinar a los movimientos de izquierda más importantes. La segunda es que la derecha democrática peruana no ha tenido un comportamiento tan democrático.
Frente al asenso y al eventual triunfo de Susana Villarán, la derecha ha caído en una contradicción que, a mi parecer, es reveladora y grave. Por una parte, se ha presentado como la paladina de la democracia que combate las fuerzas antidemocráticas que Fuerza Social y su entorno representarían. De otro lado, ha considerado que los únicos que tienen derecho de ocupar un lugar en la vida política y representan un proyecto válido es ella.
Desde el punto de vista de la derecha peruana, la izquierda no tiene cabida en la democracia. La pregunta cae por su propio peso ¿esa es una actitud auténticamente democrática? En realidad, la campaña electoral ha mostrado el rostro autoritario y antidemocrático de la derecha en el Perú. En diversos medios de comunicación se ha satanizado a Susana Villarán e incluso se ha llegado a amedrentar a los votantes diciéndoles cosas como “si usted votó por Villarán, será responsable de lo peor”.
Esta actitud es comprensible, pero no justificable. Es comprensible por dos motivos fundamentales: primero, la derecha está acostumbrada a no tener una izquierda atractiva, democrática y con cierta capacidad de convocatoria. La derecha está acostumbrada a que, haciendo uso de los poderes fácticos, puede hacer creer fácilmente a los ciudadanos que sus proyectos partidarios son los proyectos de todo el país. En segundo lugar, la presencia de Sendero Luminoso en la escena peruana reciente le ha hecho mucho daño a la izquierda, a tal punto que muchos piensan que algunos de los grupos que acompañan a Fuerza Social representan versiones camufladas del senderismo.
Tal vez se pueda comprender tal actutud, pero es imposible de justificar. Si la derecha cree que es la única que tiene acreditación democrática, quiere decir que no han entendido qué significa en realidad la democracia. ¿No es posible, acaso, que surja en el Perú una izquierda liberal y democrática que tenga derecho a formar parte del sistema de partidos? Parece que esa posibilidad incomoda, irrita y fastidia profundamente a ciertos líderes de la derecha y a ciertos medios de comunicación que se atreven a amenazar a los ciudadanos por sus creencias política o sus preferencias electorales. Parece que a la derecha defensora de la democracia, en el fondo no le agrada una democracia en la que podría perder alguna elección. Esto es sumamente grave, porque esa actitud mina el mismo sistema democrático

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