Un poeta ruso va a Boloña porque está estudiando a un músico ruso que vivió allí en los años 70. Puesto que el poeta sabe apenas algo de italiano, es acompañado por una bella y joven mujer (Eugenia), quien le sirve de intérprete. El foco de la historia de desarrolla en una localidad en las inmediaciones de la ciudad donde vive un loco (Domenico). El poeta se aburre de las conversaciones de la gente del lugar mientras queda fascinado por el loco, con quien intenta entablar una conversación. Para ello le solicita a Eugenia que le facilite en contacto, quien no logra hacerlo, y tras la insistencia del poeta ella decide ir a Roma, donde encuentra un amante con quien planeará ir a la India.
Pero el poeta sí logra entrar en contacto con Doménico y conversar sobre la locura, la cordura y la espiritualidad del mundo contemporáneo. Luego el loco viaja a Roma donde realiza una manifestación que tienen como centro esas cuestiones. Acusa a los sanos de haber llevado a la humanidad a la destrucción, después se prende fuego mientras se escucha en la plaza el Himno a la Alegría de Beethoven. Al tiempo, el poeta se queda en la localidad aledaña a Boloña para tratar de cumplir una de las aspiraciones de Doménico: cruzar las aguas termales con una vela encendida. Después de varios intentos lo logra, y cae. Entonces se sueña en las estructuras de una Iglesia.
La primera escena Eugenia y el poeta visitan la iglesia de la virgen del parto, donde hay muchas mujeres que, con velas encendidas ruegan por quedar embarazadas.
Aquí la música y la poesía se expresan más que la filosofía. Pero la película tiene un elán filosófico de carácter foucauldniano y un lamento contra la carencia y la incomprensión de lo que es la espiritualidad.
La riqueza de Nostalgia se muestra más por su reflexión sobre la religión que por la que refiere a la situación de la cultura y la sociedad occidental contemporánea. Su filosofía de la religión es superior a su filosofía de la cultura. ¿En qué consiste esta superioridad? En lo propositivo que tiene su visión de la religión: tiene que ver con encuentros personales, y los ritos sólo tienen sentido si son asumidos desde dentro de las personas, y no como imposiciones. Hay una reflexión sobre la mística, inclusive de aquellos personajes que se declaran no creyentes del todo, como el poeta Ruso y Eugenia. En cambio la filosofía de la cultura es la trasnochada visión apocalíptica que proviene de Foucauld y que éste trata de Nietzsche, ciertamente sin éxito. Se puede, y hay razones para reemplazar a Foucauld por Kant o Rorty y tener una mirada que apueste por el mundo contemporáneo. Mientras que Kant y Rorty estimulan la imaginación de un mundo diferente, Foucauld estimula el rechazo al mundo y sólo nos deja con rechazo y un callejón sin salida, a menos que estemos dispuestos a patear el tablero, mientras que escuchamos a Beethoven. Pero el romanticismo de Beethoven apuesta por la imaginación y no por la destrucción. La apuesta por la duda y la imaginación en la universidad y en la sociedad es mejor a la apuesta por la resignación con el status quo o por la destrucción de lo que tiene nuesta cultura.
Sin quitarle ningún mérito a Tarkovski como cineasta e intelectual, la combinación entre el misticismo que propone y su visión apocalíptica simplemente no funciona. Se trata, ciertamente de una visión particular, pero al hacerse pública es susceptible de crítica y de fundamentación. Ello no hace, sin embargo, que nos encontremos ante una gran película, aunque personalmente prefiero Sacrificio.