La libertad, como el amor y la belleza
es uno de esos valores de los cuales se puede tener la experiencia
pero que cuesta mucho definir.
Orlando Patterson.
El concepto metafísico de la libertad resulta ser una idea filosófica que recorre la historia del pensamiento occidental desde antiguo y que va nutriendo las instituciones centrales de la cultura occidental a lo largo de su historia. Tanto como concepto filosófico o como idea que va encarnándose en las instituciones y en las prácticas sociales, va tomando diferentes configuraciones y diferentes concreciones fácticas. En tanto que idea filosófica se instala en nuestras mentes e inflama nuestros espíritus y corazones. Nos mueven a la acción. Al igual que el amor o la belleza, nos colma, toma posesión de nosotros, manifiesta todo su poder en la aspiración de cada uno de nuestros miembros. Pero en cuento ideal, la libertad puede que no pase de conmovernos profundamente y se encuentre imposibilitada de mostrar alguna concreción en el mundo. Así como el amor que no se realiza y la belleza que no se concreta en alguna obra, la libertad puede carecer de implicancias prácticas si se la piensa sólo como idea filosófica.
Esto no quiere decir que debemos abandonar la reflexión filosófica sobre la libertad. Todo lo contrario. Una reflexión sobre la libertad posibilita encarar las dificultades que tiene la tarea de definirla y precisarla conceptualmente. Como ideal complejo que es, si la libertad no es reflexionada suficientemente puede llevar a experiencias sociales, individuales e históricas tan dolorosas como las experiencias a las que nos han conducido las aspiraciones políticas contrarias a la libertad, como son el totalitarismo, el despotismo, la esclavitud y la crueldad.
Una manera fructífera de tratar la libertad resulta ser partir de una reflexión filosófica acerca de sus diversas concretizaciones sociales y jurídicas. En este sentido resulta útil referirse no a la libertad, sino a las libertades. El centrarnos en las libertades resulta ser importante porque ello permite precisar las diferentes dimensiones de la libertad, además de hacer posible que señalemos en qué sentidos las personas pueden ser libres y cómo las instituciones sociales y políticas, así como los sistemas jurídicos pueden fomentar el ejercicio de las diversas libertades.
1.- Libertad de los antiguos y libertad de los modernos.
Una de las estrategias más interesantes para desarrollar este análisis de las libertades ha sido el sugerido en el siglo XVIII por Benjamin Constant en su célebre ensayo La libertad de los antiguos y la libertad de los modernos[1]. En él Constant tiene al concepto de libertad pública de los ciudadanos en la polis ateniense, que Aristóteles tematiza tanto en su Política como en la Ética a Nicómaco[2], como el referente de la llamada “libertad de los antiguos”. De otra parte, el autor francés encuentra en el concepto de libertades desarrollado por John Locke en su Segundo tratado sobre el gobierno civil[3] y en sus escritos sobre la tolerancia[4] como el paradigma de las libertades de los modernos.
Lo que caracteriza a la libertad de los antiguos es que se trata de la libertad que la polis o comunidad política ateniense tenía sobre su propio proyecto de vida compartido y sus metas conjuntas. Se trataba de la libertad de la que gozaban los ciudadanos de la comunidad política al poder definir conjuntamente y por medio de procesos deliberativos el proyecto de vida de la ciudad estado que denominaban polis. En ese sentido se trataba de una libertad de carácter público y deliberativo que versaba sobre cuestiones de interés común. Esta aspiración hacia la realización de las libertades públicas va a ser retomada durante la modernidad por Jean Jacques Rousseau quien, en su teoría política plasmada especialmente en El contrato social[5], realza la importancia de las libertades políticas públicas de los ciudadanos además de la necesidad de contar con valores políticos públicosEn cambio las libertades que desarrolla John Locke tienen que ver con las libertades de las que gozan las personas en tanto sujetos privados, en contraposición de la potencial intromisión del Estado moderno en la esfera de sus intereses y cuestiones privadas. Las libertades para Locke se entienden como la oposición a la tiranía, tiranía esta que podría subvenir de parte del poder político del Estado en cuestiones tan diversas como en el arreglo de sus propiedades personales o familiares como en la intromisión de sus ideas y la imposición de un determinado credo religioso.
[1] CONSTANT, Benjamín Escritos políticos, Madrid: Centro de Estudios constitucionales, 1989.
[2] Al respecto Cfr. ARISTÓTELES, Política, Madrid: Alianza Editorial, 2003, especialmente el libro I, además de ARISTÓTELES, Ética a Nicómaco Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2002, también el libro primero en donde se desarrolla la idea de el ser humano como zoon politikon (animal político) y la relevancia que tiene la vida política para la realización de la vida humana desde la perspectiva de los griegos del siglo V a.C. También resultan relevantes algunos capítulos del libro VI de la misma Ética a Nocómaco, en que Aristóteles desarrolla el vínculo de la phrónesis (prudencia) y la vida política. UN estudio que se ha convertido en un clásico al respecto es la obra de Hannah Arendt La condición humana, Barcelona: Paidós, 1996, especialmente el capitulo segundo, dedicado a la distinción aristotélica entre la esfera pública y la esfera privada, y el capítulo quinto dedicado a desarrollar la categoría de la acción, concepto importante para comprender las relaciones políticas en el mundo griego y la naturaleza de la libertad pública.
[3] LOCKE, John; Segundo tratado sobre el gobierno civil : un ensayo acerca del verdadero origen, alcance y fin del gobierno civil, Madrid: Tecnos, 2006.
[4] LOCKE, John; Escritos sobre la tolerancia Madrid : Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 1999.
[5] Rousseau, Jean-Jacques; El contrato social, Madrid: Edaf, 1989
2 comentarios:
Felicitaciones Alessandro , espero que nos comuniquemos a trav'es de tu blog.
Bernardo.
Excelente, Bernardo
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