martes, 28 de julio de 2015

CONCENTRACIÓN Y MEDIOS: LAS AMENAZAS PARA LA DEMOCRACIA Y CONTRA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Hace unos días la agencia internacional TELESUR me hizo una entrevista en el contexto de la concentración de medios en el Perú. La razón por la que me invitaron fue mi post a propósito del impasse entre Perú.21 y Germán Alarco. Ciertamente, TELESUR pertenece al bloque del ALBA y aunque no comparto todas las ideas que ellos defienden, accedí puesto que como demócrata y liberal de izquierda rechazo la concentración de medios. 
La concentración de medios disminuye la libertad de expresión. Y toda forma de restricción arbitraria de esta libertad es una amenaza contra la democracia y se convierte en una forma de dominación, tal como lo percibió el Papa Francisco en su visita al Paraguay. 
Sin más, comparto el enlace.
https://www.youtube.com/watch?v=ui6_GWKzpLk

viernes, 24 de julio de 2015

GASTÓN GARATEA , AMAUTA: UN PASO ADELANTE EN LA LAICIDAD DE LA ESCUELA PÚBLICA


En estos días el Ministerio de Educación le otorgó las Palmas Magisteriales en el Grado de Amauta a Gastón Garatea. Se trata  de la distinción más alta del magisterio peruano. No hay duda de que se trata de un reconocimiento bien merecido por su aporte a la sociedad peruana. Garatea, fue miembro de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, presidente de la Mesa de lucha contra la pobreza, además de un destacado participante en el desarrollo de la política democrática en el Perú, en tanto que mediador. Como sacerdote de la Congregación de los Sagrados Corazones su aporte ha sido de suma valía, especialmente como parte del grupo de sacerdotes que trae a América Latina los cambios aportados por el Concilio Vaticano II y que dieron pié a la Teología de la Liberación. 
Pero, en este punto, es necesario hacer una aclaración. Quiero recordar que en una entrevista hecha por Religión Digital, se le pregunta si su aporte a la sociedad había sido hecho en tanto que sacerdote y religioso, a lo que él responden de no, sino que fue hecho en tanto que ciudadano. Detrás de esta aclaración, Gastón Garatea desliza una distinción que hay que explicitar. 
Ciertamente, Garatea se identifica con su pertenencia a la Iglesia Católica, y en tanto que religioso y sacerdote de los Sagrados Corazones. Pero, al mismo tiempo ha cultivado otras filiaciones, entre las que destaca la de ser ciudadano. Entre las diversas pertenencias que articulan su identidad, Garatea ha estado calibrando los pesos ponderados de manera razonada, debido a que su forma de aproximarse a la religión ha sido de manera tal que no nubla su capacidad de razonar. Así, por más fuerte que sea su pertenencia religiosa, ésta no cubre todos los aspectos de su identidad. 
Si no fuese de esta manera, si Garatea considerase que toda su identidad se agota en su ser religioso, y nada más, en su ser sacerdote, y nada más; en su ser católico, y nada más. Si esto fuese así, él habría sufrido un fenómeno que Amartya Sen denomina "alienación". La alienación, en esta interpretación, se produce cuando el razonamiento es reemplazado por la violencia al momento de definir la identidad de una persona. Gastón Garatea considera que no puede reducir su vida a un sólo aspecto, y así como la fe tiene múltiples dimensiones,  la identidad de una persona también tiene esa complejidad. 
De otro modo, Garatea no habría tenido la posibilidad de colaborar de manera tan significativa con una sociedad como la peruana que se encuentra marcada por la pluralidad de concepciones del mundo. Si Gastón hubiese asumido una religiosidad alienante habría pugnado por imponer una concepción homogeneizante del mundo marcada por un cristianismo conservador y no se se encontraría comprometido con la democratización de este país. Si él no hubiese abierto su corazón  a la una sociedad que produce pobreza y marginación, habría aprovechado de la posición de poder que en este país aún tiene el hombre de sotana, así como lo tienen los hombres de uniforme. Más bien, su compromiso con los marginados le granjeó más problemas que beneficios, como es la enemistad de Cardenal de Lima.
El entenderse como ciudadano y no sólo como religioso, trae consigo otro elemento importante. Normalmente se considera que todas las obras realizadas por personas que pertenecen a la Iglesia Católica son obras de la misma Iglesia. Pero ella concepción es cuestionables. Esto supone que todas las personas que pertenecen a la Iglesia consideran que toda su identidad se agota en dicha pertenencia. Además, gracias a ese mal entendido (involuntario o inducido) la Iglesia se lleva todas las Palmas. Frente a ello hay que señalar que en este país hay y hubo muchas personas que, perteneciendo a la Iglesia, aportaron a la democracia en tanto que ciudadanos. 
Los sectores más conservadores de la Iglesia Católica intentan inducir a pensar que dichos aportes son "aportes de la Iglesia" y, en consecuencia, el Perú tiene una deuda moral con la Iglesia Católica que debe ser retribuida con una posición de dominio sobre la sociedad. En ese sustraer palmas, la Iglesia conservadora ha estado ganando posiciones por rebanadas para poder definir cuestiones importantes en nuestra sociedad, desde cuestiones que van desde el aborto a la unión civil y la eutanasia, marcando claramente el debate público.
En este sentido, la condecoración que Gastón Garatea recibe este lunes 20 tiene un gran significado. El que una persona como Gastón reciba el reconocimiento de gran Amauta dice algo respecto del sentido que debe tener la educación pública en este país. Ante una escuela pública marcada por el curso de religión católica y por la impartición  de valores católicos, el dar dichas Palmas a una persona como Garatea significa que el magisterio debe asumir una filiación ciudadana y la escuela pública debe afirmar su laicidad. Este es un signo importante, pues muchos de los debates públicos sobre temas sensibles en este país están marcados por la presión que tiene el catolicismo conservador en la mente y los corazones de los ciudadanos que han sido formados en una escuela moldelada por valores católicos. En la escuela se juega la promesa de la laicidad del Estado. Tener a Gastón Garatea como gran Amauta es un paso adelante en esta dirección. 

lunes, 13 de julio de 2015

¿EXISTE COACCIÓN JUSTA? SOBRE EL ANARCOCAPITALISMO Y LIBERALISMO EN PERÚ


Frente a la pregunta de si existe coacción justa, es decir, si el Estado está legitimado a imponer leyes que coacten las libertades de los individuos, existe una división de opiniones. Por un lado, los anarcocapitalistas, los libertarios y los defensores del análisis económico del derecho señalan que no. Por otro lado, los liberales como yo consideramos que sí. Se ha vuelto importante en el derecho civil en el Perú, y es por eso que la visión que introduce el libertarismo en el derecho, el análisis económico del derecho (aed) ,se ha vuelto popular. 
Los defensores del libertarismo utilizan un test para tratar de probar que su posición es la correcta. Éste se desarrolla en dos pasos. El primero consiste en presentar una situación hipotética, según la cual dos personas se encuentran en el desierto. Mientras que la primera se muere de sed, la segunda tiene una botella de agua fresca, de tal manera que ésta se la vende a 150 soles. La pregunta inmediata es la siguiente. ¿se trata de un trato justo?. El defensor del aed puede aceptar que no, puesto que la persona se encuentra bajo una coacción natural, puede ser entendida como injusta. Inmediatamente se pasa a plantear una caso del derecho civil. Según este caso, dos personas firman un contrato de compra-venta de departamento por un  monto menos de lo tasado de acuerdo al distrito en el que se encuentra. De pronto el comprador encuentra una mejor oferta y decide rescindir el contrato gracias a que el Estado lo ampara para eso. La pregunta que se presenta es, entonces, si esto es justo. La respuesta que da el defensor del aed es un categórico no, porque el Estado es quien está interviniendo de manera injusta. 
Lo que ambos ejemplos colocan sobre el tapete es la pregunta de si existe algún tipo de coacción de la libertad que sea justa. Los partidarios de aed adhieren la tesis libertaria que niega la legitimidad de restricción de la libertad. Pero para poder examinar si están en lo correcto, hay que averiguar qué entienden por libertad. Tal como la entienden, ésta consiste en la capacidad de hacer lo que deseo. Claro que si deseo respirar bajo el agua, esto no es posible, y denunciar a la naturaleza por ese impedimento resulta absurdo. Pero, si elijo vender una propiedad a determinado precio o tomar un helado de chocolate en vez de uno de vainilla, sería libre. En el caso del helado, parezco ser libre cuando en realidad no lo soy. En ese caso, el que elige por mí es mi propia contextura biológica que hace que prefiera el chocolate. Es decir, yo puedo elegir el helado de chocolate, pero no puedo elegir que éste me guste. Si soy libre cuando elijo mis preferencias (como asume el libertario), mis preferencias no las elijo. En ese caso, so sería libre, sino esclavo de mis preferencias y deseos. En como cuando Sprite nos dice "Obedece tu sed".
Por eso, para salir de ese problema, la fuente de la elección no pueden ser ni los deseos ni la preferencia, sino la razón. La razón permite evaluar las preferencias y las exigencias para encontrar una justificación sólida para actuar. En este punto, hemos abandonado el terreno del libertarismo y hemos ingresado al campo del liberalismo. Las leyes del Estado deben de justificarse ante la razón de cada ciudadano (no ante sus preferencias), y al ser así, tienen la facultad de coaccionar la conducta de los mismos, al igual que la razón coacciona la conducta ante los deseos y preferencias. La norma jurídica que indica que una persona puede rescindir un contrato de compra-venta de un inmueble, si es que el precio es menor a lo estipulado por la tasación adquiere su justificación en el apoyo racional de los ciudadanos a la misma. Éstos entienden que alguien podría ser manipulado por otro a vender a un  precio menos y el Estado le abre la posibilidad de salir de esa situación. El Estado estaría protegiendo un derecho a no ser forzado, de cualquier forma, a un contrato injusto. El Estado no fuerza a la persona a rescindir el contrato, sino que le da la posibilidad si el acuerdo es injusto. 
El libertarismo considera que toda coacción a mis preferencias es de plano una injusticia. Pero ello oculta los hechos de que no somos libres de preferir lo que preferimos y que podemos ser manipulados para ello. El liberalismo, en cambio, al defender la libertad de la razón, está dejando espacio a la reflexión respecto de las decisiones y de las leyes del derecho. Es claro que el aed es aplicado en el Perú sin examinar los presupuestos que tiene y evaluar si son correctos o no.  Pero el libertarismo y el aed no son posiciones inocentes o incautas, sino que se comprometen con el proyecto neoliberal que propone la expansión de los mercados autorregulados y la expansión de los intereses del gran capital. Al exigir la no intervención del Estado en ningún trato, lo que buscan es que las relaciones sociales se encuentren ajustadas a las exigencias del gran capital.  

domingo, 5 de julio de 2015

¡GRACIAS PERÚ.21!

La semana pasada publiqué en (https://caviglia.lamula.pe/2015/06/28/medios-democraticos/alessandrocaviglia/) un artículo del profesor de la Universidad del Pacífico Germán Alarco en el cual se presentaba una explicación razonable de por qué la inversión minera estaba descendiendo en el país. La explicación de Alarco señalaba que esto no se debía a las movilizaciones sociales, sino a que el precio de los minerales está bajando a nivel mundial. 
Redacción del mencionado artículo fue solicitado por el diario Perú.21, pero al ser presentado se le pidió al profesor que modifique su enfoque en dirección de inculpar a las movilizaciones sociales por la disminución de la inversión, a lo cual el autor respondió que no aceptaba ese pedido y que no haría modificación alguna. 
Por esa razón publiqué, en este medio, el artículo contextualizando la situación incluyendo los e-mail entre Alarco y Perú.21. Ello fue el durante el cambio de hora entre el sábado 27 y domingo 28 de junio. Extrañamente, el domingo 28 el diario publicó el artículo en cuestión e incluso el periodista Diego Salazar del mismo medio comentó en mi post que el artículo había sido publicado, dado a entender que nunca hubo el intento de presionar al  profesor de la UP para modificar el contenido de su texto.
El hecho de que Perú.21 haya publicado el artículo puede interpretarse de muchas maneras. En el mejor de los escenarios, el diario lo pensó mejor decidió publicar el artículo horas después de que yo lo hiciera. En este escenario, se trataría de una simple coincidencia. En el peor escenario, el diario se vio forzado a hacerlo al ver que las redes ya estaban circulando mi post, con el propósito fallido de desacreditarme
Es claro que puede haber escenarios intermedios, pero lo que importa aquí no es si se publicó o no el artículo en Perú.21, sino la presión que el medio intentó ejercer para que el contenido del artículo fuese modificado. Lamento informarle al Sr. Salazar que su intervención no tiene el poder mágico de modificar el contenido de los e-mail. 
Tal vez hubiera sido más honesto que el medio publicara el artículo del profesor Alarco tal como lo recibió y que pidiese a otro economista, afín a sus ideas, que escribiera una crítica. Pero hacer toda una escena en la cual por e-mails y por comentarios a post tratan de manipular las ideas y las situaciones deja mucho que desear de la astucia puesta en funcionamiento. 
Con todo, debo de agradecer el favor involuntario del medio que hizo posible que mi post circulara más de lo que lo que esperaba. ¡Gracias Perú.21!